viernes, 12 de abril de 2013

Examen de estremidades



El examen de las extremidades resulta fácil y rápido de llevar a cabo. Si el paciente se queja precisamente de una extremidad o en ella se descubren anomalías, a veces resulta necesario proceder a exámenes más detallados y específicos.


Extremidades Superiores
El paciente debe estar sentado, con los hombros descubiertos.


Inspección

Se compararan los brazos en busca de asimetrías, deformidades, atrofia o hinchazón. Obsérvese el color de la piel, la presencia de manchas de cualquier tipo y vigílese el estado de las uñas. Hay que contar los dedos, para que no pase inadvertida una sindactilia o polidactilia congénita.
Se le dice al paciente que extienda los dedos y que, con manos abiertas y dedos extendidos, mantenga la extremidad horizontal para poder descubrir el temblor. Un temblor muy fino suele ser manifiesto si se coloca una hojita de papel encima de la mano extendida. Se compara el color y la prominencia de las venas de manos y brazos cuando estos están pendientes y cundo estos están elevados.

Palpación

Observar los pulsos radial, cubital, humeral y axilar. Para comprobar la permeabilidad y el flujo de la sangre por estos vasos la prueba de comprensión es una buena alternativa.

Palpar la palma de la mano y observar la temperatura y humedad.

Extremidades Inferiores

Las piernas de examinarse en ambas posiciones, de pie y acostado.

Inspección

Obsérvese primero la piel; vigílese su color e investíguese la presencia de ulceras o pigmentación. Sepárense los dedos de los pies para observar los espacios interdigitales en busca de epidermofitosis.
Tiene gran importancia el color de la piel estando el pie elevado, horizontal y en declive; la palidez de la piel en posición elevada y la sufusión con sangre cuando está pendiente constituye una de las primeras manifestaciones de arterioesclerosis periférica. Examínese el paciente estando de pie en busca de dilataciones varicosas.

El edema se descubre por la cavidad que queda después de comprimir fuertemente con la punta del dedo el tejido contra la cara interna de la tibia inmediatamente por encima del tobillo.


Palpación

Comparar las temperaturas de la piel del pie, parte baja de la pierna y muslo. Búsquese la pulsación de la arteria femoral, poplítea, tibia posterior y pedia. El paciente tiene que estar en decúbito.


-La arteria femoral se palpa a mitad de camino entre espina iliaca anterosuperior y la sínfisis del pubis inmediatamente por debajo del ligamento inguinal.

-La arteria poplítea se palpa en el espacio poplíteo, profundamente entre los tendones, algo desplazada hacia afuera; el paciente estará en decúbito prono con la rodilla en flexión de 90 grados.

-La arteria tibial posterior se palpa a mitad de camino entre el tendón de Aquiles y el maléolo interno.

-La arteria pedia se percibe a mitad de camino entre el tobillo y la base de los dedos. Se halla inmediatamente por fuera del tendón del extensor del dedo gordo, que se identifica cuando el paciente hace flexión dorsal de este.

Al paciente se le indica que mueva la extremidad en todos los sentidos.
Obsérvese los reflejos plantar, rotuliano y del tendón de Aquiles.

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